CAPSULA TÉCNICA HERDSECURE
¡MAS VALE DAR PASOS SEGUROS!
¿DE CUANTO TIEMPO DEBE SER EL PERIODO DE ESPERA VOLUNTARIO?
El periodo de espera voluntario (PEV) en ganado lechero es un aspecto fundamental del manejo reproductivo que impacta directamente en la eficiencia económica de las granjas. Este periodo, que comprende el tiempo entre el parto y la siguiente inseminación, varía según los objetivos de cada operación, pero su optimización puede generar beneficios significativos tanto en la producción de leche como en la rentabilidad global de la granja.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL PERIODO DE ESPERA VOLUNTARIO?
Al revisar algunos parámetros reproductivos del ganado, se estima que en muchos hatos entre el 15% y 20% de las vacas posparto retienen la placenta, el 50% presenta alguna patología durante el puerperio y entre el 20% y 30% padecen anestro o son anovulatorias entre los días 50 y 60 después del parto.
Por otro lado, en las granjas lecheras, los ingresos provienen principalmente de dos fuentes: la venta de leche (88%) y la venta de animales (12%). Los principales egresos se concentran en la alimentación de las vacas en ordeño, que supone entre el 48% y 50% del costo total de producción, y en las vaquillas de reemplazo (23%). Este último gasto debe considerarse más como una inversión a mediano plazo que como un costo directo para la empresa lechera.
Con estos factores económicos en mente, ¿qué debemos considerar para establecer un periodo de espera voluntario que sea óptimo?
OPTIMIZACIÓN DEL PERIODO DE ESPERA VOLUNTARIO
El periodo de espera voluntario (PEV), conocido en inglés como Voluntary Waiting Period (VWP), es un aspecto clave del manejo en las granjas lecheras, ya que afecta tanto el rendimiento reproductivo como la producción de leche. Este periodo es el tiempo que transcurre entre el parto de una vaca y su re-inseminación. Aunque el estándar del PEV es de alrededor de 60 días, algunas granjas ajustan este periodo según sus objetivos de manejo específicos.
Retrasar la reproducción permite que ocurra la involución uterina y que la vaca se recupere de un balance energético negativo tras el parto. Las vacas de alta producción pueden beneficiarse de un PEV más prolongado, ya que esto extiende el periodo de lactancia. Factores estacionales, como las bajas tasas de concepción en verano, también pueden influir en estos ajustes.
Un estudio que analizó los registros de Dairy Herd Improvement (DHI) a nivel nacional encontró que el promedio de días hasta el primer servicio es de 90 días. El PEV es una meta que los ganaderos establecen, y los días hasta el primer servicio reflejan cuándo las vacas son realmente inseminadas por primera vez. Este indicador es útil para verificar si se está cumpliendo con el PEV planeado.
Los ganaderos también pueden ajustar el PEV en función de la disponibilidad de mano de obra o de las estrategias de gestión del rebaño. Extender el PEV puede ser una opción cuando hay limitaciones en la mano de obra para manejar partos frecuentes o cuando se busca disminuir el número de terneros que ingresan a la granja (Burgers et al., 2022).
Otra razón para prolongar el PEV es permitir que el tracto reproductivo de la vaca tenga más tiempo para volver a la normalidad tras el parto. Algunos estudios sugieren que los PEV más cortos, de menos de 70 días, pueden ser económicamente favorables; sin embargo, esto varía según las condiciones y los objetivos de cada granja.
Las vacas primíparas (de primera lactación) podrían beneficiarse de un PEV más largo, ya que esto mejora las tasas de concepción y reduce el número de inseminaciones. Por otro lado, las vacas multíparas no siempre obtienen los mismos beneficios económicos de un PEV más largo, pasando de 60 a 88 días, y podrían tener un mayor riesgo de ser descartadas del establo (Stangaferro et al., 2018).
No existe suficiente evidencia que respalde la reducción del PEV por debajo de 60 días, ya que la involución uterina tarda unos 42 días en vacas primíparas y 50 días en vacas multíparas. Esto es un aspecto crucial a tener en cuenta, ya que realizar manejos reproductivos antes de este tiempo no sería recomendable.
Dependiendo del objetivo del PEV, los días hasta el primer servicio pueden variar de una granja a otra.
Un estándar de la industria es inseminar a las vacas por primera vez antes de los 80 o 90 días en leche y asegurarse de que se cubran a más tardar a los 120 días en leche. Esto ayuda a mantener un intervalo de parto constante de 12 a 13 meses.
Si los días del PEV son excesivamente largos, es importante revisar si la detección de celos se está realizando correctamente o si se están perdiendo oportunidades. En tal caso, puede ser necesario dedicar más tiempo a la observación del ganado. Si este esfuerzo no resuelve el problema, la implementación de un protocolo de sincronización puede ser útil.
PROGRAMA DE TRANSICIÓN DEFICIENTE
Existen tecnologías, como los monitores de actividad, que pueden ser de gran ayuda en la detección del celo. Si la detección del celo no es un problema, podría ser una oportunidad para revisar la programación reproductiva con la asistencia de un técnico en inseminación artificial (IA).
Si una granja no tiene inconvenientes para inseminar vacas antes de los 80 días posparto, pero enfrenta dificultades con las tasas de concepción en el primer servicio, es posible que deba evaluar su programa de transición. Esto implica asegurarse de que las vacas estén sanas y revisar las puntuaciones de condición corporal. Vacas que estén demasiado delgadas o con sobrepeso tendrán problemas de concepción, lo cual es una señal clara de un programa de transición deficiente.
Cuando una granja decide el PEV a implementar, debe considerar primero los objetivos a largo plazo de su operación. Estos objetivos pueden incluir aumentar las tasas de concepción, reducir los problemas de transición y posparto, o prolongar la producción de leche.
El PEV es solo uno de los factores de manejo que influyen en el rendimiento reproductivo y la lactancia, afectando el intervalo entre partos y la duración de la lactancia. Independientemente del PEV que se establezca, es esencial verificar regularmente si se están cumpliendo los objetivos. Observar los días promedio hasta el primer servicio puede dar una buena indicación de qué tan cerca están de cumplir con el PEV deseado.
CONCLUSIÓN:
Para alcanzar los objetivos reproductivos en el ganado lechero, es fundamental controlar los días hasta el primer servicio y abordar posibles problemas como la detección ineficiente de celos, los desafíos en la transición y las complicaciones posparto. Una detección adecuada del celo y el mantenimiento de una condición corporal óptima son esenciales para garantizar tasas de reproducción y concepción exitosas.
Un periodo de espera voluntario (PEV) adecuado permite que las vacas se recuperen después del parto, mejorando su salud reproductiva y prolongando la lactancia. Esto optimiza las tasas de concepción y puede aumentar la producción de leche hasta en un 20%, al maximizar la duración de la lactancia y reducir problemas posparto. Este aumento en la producción, junto con una mejor salud general del rebaño, se traduce en una mayor rentabilidad del establo.
Cada granja debe alinear su estrategia de periodo de espera voluntario en ganado lechero (PEV) con sus metas reproductivas y de producción de leche a largo plazo. Es crucial evaluar regularmente el progreso, utilizando métricas clave como los días hasta el primer servicio, para asegurarse de que el PEV establecido esté cumpliendo con los objetivos de la operación.
NO TE PIERDAS NINGUNA ACTUALIZACIÓN
Suscríbete a nuestro blog y mantente al día con las mejores prácticas y consejos sobre el manejo de tu ganado. Aprende de los expertos, mejora la salud de tus animales y optimiza tus resultados.
REFERENCIAS:
Fread, E. (2024). How Long Should the Voluntary Waiting Period Be? Extension Educator for Dairy, Penn State University. https://extension.psu.edu/how-long-should-the-voluntary-waiting-period-be
Burgers, E. E. A., Kok, A., Goselink, R. M. A., Hogeveen, H., Kemp, B., & van Knegsel, A. T. M. (2022). Revenues and costs of dairy cows with different voluntary waiting periods based on data of a randomized control trial. Journal of Dairy Science, 105(5), 4171-4188. https://www.journalofdairyscience.org/article/S0022-0302(22)00257-9/fulltext
Moya Olvera, E. (2022). Importancia económica de la reproducción en el ganado lechero. Ganadería.com. https://www.ganaderia.com/articulos/importancia-economica-reproduccion-ganado-lechero
Fodor, I., Gabor, G., Lang, Z., Abonyi-Toth, Z., & Ozsvari, L. (2019). Relationship between reproductive management practices and fertility in primiparous and multiparous dairy cows. Canadian Journal of Veterinary Research, 83(3), 218-227. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6685145/
Stangaferro, M. L., Wijma, R., Masello, M., Thomas, M. J., & Giordano, J. O. (2018). Economic performance of lactating dairy cows submitted for first service timed artificial insemination after a voluntary waiting period of 60 or 88 days. Journal of Dairy Science, 101(8), 7500-7516. https://www.journalofdairyscience.org/article/S0022-0302(18)30538-1/fulltext
Campuzano, L. O. (2016). Evaluación de la duración del periodo de espera voluntario en vacas especializadas en producción de leche. Engormix. https://www.engormix.com/ganaderia-leche/articulos/evaluacion-duracion-periodo-espera-voluntario-t39830.htm
Hernández, J. (2013). Manual de la materia: Práctica de profundización en reproducción animal (Manejo reproductivo en bovinos lecheros). UNAM.
Burgers, E. E. A., et al. (2022). Revenues and costs of dairy cows with different voluntary waiting periods based on data of a randomized control trial. Journal of Dairy Science, 105: 4171-4188.
Comments