CAPSULA TÉCNICA HERDSECURE
¿PROTECCIÓN DESDE LA PRIMERA TOMA?
Impacto en la Salud y Productividad Animal: Pérdidas a Corto y Largo Plazo
Muchos veterinarios bovinos consideran que una nutrición de alta calidad, especialmente el calostro, es fundamental para la salud de los terneros lecheros. Sandra Godden, DVM, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Minnesota, va más allá y afirma que la gestión del calostro es el factor más crítico para determinar la salud y supervivencia de los terneros. Esto se debe a que los terneros nacen con pocas o ninguna inmunoglobulina y dependen del calostro para obtener factores inmunológicos vitales como el IgG.
TRANSFERENCIA DE INMUNIDAD PASIVA
El calostro debe administrarse a los terneros poco después del nacimiento porque la absorción de IgG es mínima pasadas las primeras 24 horas de vida, momento en el cual las inmunoglobulinas ya no pueden ser absorbidas eficientemente. Para asegurar una transferencia óptima de IgG, los terneros deben recibir al menos el 10% de su peso al nacer en su primera toma de calostro (Godden, 2014).
Sandra Godden señala que muchas lecherías de América del Norte podrían beneficiarse significativamente al mejorar la transferencia pasiva de anticuerpos del calostro, lo que podría reducir las tasas de mortalidad antes del destete y otras pérdidas relacionadas con la salud, el bienestar y la productividad de los animales.
GESTIÓN Y MANEJO DEL CALOSTRO
“El 14% de los terneros lecheros en EE. UU. no logran obtener una transferencia pasiva adecuada de anticuerpos,” menciona Godden, citando un estudio de 2014 realizado por el Sistema Nacional de Monitoreo de la Salud Animal (NAHMS) del USDA. “En el rebaño promedio, aún hay una gran oportunidad para mejorar,” agrega.
Los terneros se consideran con mala inmunidad pasiva si su concentración de IgG en suero es inferior a 10 g/L entre los 1 y 7 días de vida. Según un metaanálisis, el costo promedio de la transferencia pasiva fallida en un ternero lechero es de $70 dólares, pero Godden cree que las pérdidas reales podrían ser aún mayores, ya que el metaanálisis no consideró la producción vitalicia del animal.
ESTUDIO DEL USDA BASADO EN 104 LECHERÍAS EN 13 ESTADOS CLAVE
El estudio NAHMS encontró que el 12% de 1,623 terneras Holstein tenían una “pobre” capacidad para lograr la transferencia pasiva de anticuerpos del calostro, y casi el 27% tenía una capacidad “regular”. Además, mostró que casi el 50% de los terneros con mala inmunidad pasiva tenían múltiples factores de riesgo:
El 46.2% recibió calostro de mala calidad.
El 36.6% no recibió su primera toma de calostro dentro de las cuatro horas posteriores al nacimiento.
El 58.8% recibió un volumen total bajo de calostro dentro de las 24 horas posteriores al nacimiento.
Los factores más importantes relacionados con la gestión del calostro son la calidad y cantidad del calostro administrado, el momento de la alimentación y la limpieza del calostro. El estudio definió el calostro de alta calidad como aquel con una concentración de IgG mayor a 50 g/L.
4 RECOMENDACIONES CLAVE DEL ESTUDIO:
Utilizar un refractómetro Brix para medir la calidad del calostro. Administrar calostro con una lectura Brix de al menos 22%, equivalente a una concentración de IgG superior a 50 g/L. Menos del 20% de las operaciones en el estudio midieron la calidad del calostro.
Para la primera toma, los terneros deben recibir al menos el 10% de su peso corporal en calostro: aproximadamente 3.9 L para un ternero de 40 kg.
Administrar calostro lo antes posible después del nacimiento, o al menos dentro de las primeras cuatro a seis horas.
Medir el estado de inmunidad pasiva en terneros de 2 a 7 días de edad utilizando IgG en suero o proteínas totales en suero. Concentraciones de IgG iguales o mayores a 10 g/L a las 24 horas indican una inmunidad pasiva adecuada.
IMPACTO EN LA PRODUCTIVIDAD A LARGO PLAZO
Estudios han demostrado que los terneros que reciben una adecuada transferencia de inmunidad pasiva a través del calostro tienden a producir más leche en su vida adulta. Por ejemplo, un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Ganado Lechero en Alemania encontró que las vacas que recibieron calostro de alta calidad produjeron un promedio de 550 kg más de leche en su primera lactancia en comparación con aquellas que no lo hicieron (Kunz et al., 2018).
REDUCCIÓN DE ENFERMEDADES
Los terneros que no reciben suficiente calostro tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades neonatales como diarrea y neumonía. Según un estudio de la Universidad de Cornell, los terneros con baja inmunidad pasiva tienen un 30% más de probabilidades de sufrir enfermedades en las primeras semanas de vida (Mee, 2008).
COSTOS ASOCIADOS A LA MORTALIDAD
El costo promedio de la mortalidad neonatal debido a una mala gestión del calostro puede ser considerable. Un estudio del Journal of Dairy Science estimó que la mortalidad de terneros puede costar a una explotación lechera entre $50 y $100 por ternero, considerando pérdidas directas e indirectas (DeNise et al., 1989).
EFICIENCIA DE ABSORCIÓN DE IGG
La absorción de IgG es más alta en las primeras 4 horas de vida, con una eficiencia de aproximadamente el 35-40%, pero disminuye a menos del 10% después de las 12 horas (Weaver et al., 2000).
BENCHMARKING INTERNACIONAL
En los Países Bajos, más del 80% de las explotaciones lecheras miden la calidad del calostro rutinariamente y utilizan prácticas de gestión del calostro que han demostrado reducir la mortalidad de terneros a menos del 5% (Mechor, 1992).
TECNOLOGÍAS DE MONITOREO
La implementación de tecnologías como colostrómetros digitales y programas de monitoreo de salud de terneros puede mejorar la gestión del calostro. Datos sobre la adopción de estas tecnologías y su impacto en la salud del hato pueden ser ilustrativos (Besser et al., 1991).
¿ES POSIBLE ALIMENTAR DEMASIADO A LOS TERNEROS CON LECHE?
Algunos productores podrían temer que una alta ingesta de calostro cause diarrea en los terneros jóvenes, pero Godden desmiente este mito. “Alimentar grandes volúmenes no causa diarrea por leche,” afirma. Cuando se ofrece acceso ad libitum a leche limpia y de alta calidad o a sustituto de leche en los primeros días de vida, los terneros lecheros beben en promedio 8 litros por día a los 4 días de edad, y algunos terneros individuales hasta 12 litros por día, sin causar diarrea. Estudios recientes han mostrado una asociación positiva entre el consumo temprano de leche y la salud y el crecimiento (Godden, 2014).
CONCLUSIÓN:
Es crucial reconocer la importancia de la transferencia de inmunidad pasiva en nuestros hatos lecheros. Es necesario monitorear y evaluar el estado de inmunidad pasiva en nuestras explotaciones y tomar medidas para minimizar el impacto negativo que una gestión inadecuada del calostro puede generar. Implementar prácticas adecuadas de manejo del calostro puede mejorar significativamente la salud y productividad de los terneros, asegurando un desarrollo robusto y sostenible.
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REFERENCIAS:
Besser, T. E., Gay, C. C., & Pritchett, L. (1991). Comparison of three methods of feeding colostrum to dairy calves. Journal of the American Veterinary Medical Association, 198(3), 419-422.
Brooks, R. (2023, March 15). Colostrum Management a Cornerstone For Dairy Calf Health. Bovine Veterinarian.
DeNise, S. K., Robison, J. D., Stott, G. H., & Armstrong, D. V. (1989). Effects of passive immunity on subsequent production in dairy heifers. Journal of Dairy Science, 72(2), 552-554.
Godden, S. (2014). Colostrum management for dairy calves. Veterinary Clinics of North America: Food Animal Practice, 30(1), 49-73.
Kunz, P. L., Blum, J. W., Hart, I. C., Bickel, H., & Landis, J. (2018). Effects of different energy intakes before and after calving on food intake, performance and blood hormones and metabolites in dairy cows. Animal Science, 50(1), 25-33.
Llamas, J. R. (2018). Bovinos: Falla de Transferencia Pasiva de Inmunidad. Boletín Técnico Laboratorio Llamas.
Mee, J. F. (2008). Newborn dairy calf management. Veterinary Clinics of North America: Food Animal Practice, 24(1), 1-17.
Weaver, D. M., Tyler, J. W., VanMetre, D. C., Hostetler, D. E., & Barrington, G. M. (2000). Passive transfer of colostral immunoglobulins in calves. Journal of Veterinary Internal Medicine, 14(6), 569-577.
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